Anahí
(Leyenda de
la flor del ceibo)
Anahí...
las arpas
dolientes hoy lloran arpegios que son
para ti
Anahí
recuerdan
acaso tu inmensa bravura reina
guaraní,
Anahí,
indiecita
fea de la voz tan dulce como el aguaí.
Anahí,
Anahí,
tu raza no
ha muerto, perduran sus fuerzas en la
flor rubí.
Defendiendo
altiva tu indómita tribu fuiste
prisionera
Condenada a
muerte, ya estaba tu cuerpo envuelto
en la hoguera
y en tanto
las llamas lo estaban quemando
en roja
corola se fue transformando...
La noche
piadosa cubrió tu dolor y el alba
asombrada
miró tu
martirio hecho ceibo en flor.
Anahí,
indiecita
fea de la voz tan dulce como el aguaí.
Anahí,
Anahí,
tu raza no
ha muerto, perduran sus fuerzas en la
flor rubí.
Anahí, Anahí, Anahí
flor
guaraní
Alma
guaraní
Raza del
Guayakí,
la selva no
te ha olvidado
tu alma
guaraní
perdura en
el suelo amado
y desde el
verdor del monte natal
la brisa
sutil
del tiempo
estival
nos vuelve
a traer, tu voz sucular...
Es la misma
que ayer
echara a
volar al viento
cuitas de
un querer,
con hondo y
nativo acento
es la voz
racial que no morirá
mientras el
crisol de algún m'baracá
su pena o
su andar, convierta en cantar.
Alma
guaraní, quietud en los naranjales,
Alma
guaraní, lamento en los yerbales,
vibra tu
voz, tradición en la luz y en la
flor...
Lo mismo
que el manantial
sin ningún
rumor aflorando va,
sin ruego
de amor, bendiciendo está.
Alma
guaraní, la heredad natal.
El mensú
Letra de
Ramón Ayala
Música de
José Vicente Cidade
Éxito en la
expresiva
voz de
Ramona Galarza.
Selva...
noche...luna...
pena en el
yerbal
el silencio
vibra
en la
soledad
y al latir
del monte
quiebra la
quietud
con el
canto triste
del pobre
mensú.
Neike...neike...
el grito
del campanga va resonando,
neike...neike...
fantasmas
de la noche que se acabo.
Noche mala
que camina
hacia el alba de la esperanza
dia bueno
que
forjaron los hombres de corazon.
Rio...viejo...rio...
que bajando
va,
quiero ir
contigo
en busca de
hermandad,
paz para mi
tierra cada dia mas
roja con la
sangre
del pobre
mensu.
Yerba..mate...yerba...
en tu
inmensidad
quisiera
perderme
para
descansar
y en tus
hojas fresas
encontrar
la miel
que mitigue
el surco
del latigo
cruel.
Neike...
neike...etc.
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