SUPLICAS....

(Maggy Carson)

 

 

A quien veía pasar le suplicaba

para que me dijera como tu estabas. 

Tan solo sabía que luchabas con el cielo

quedarte acá donde yo deseaba.

Me fui al mar para pensar

que tu vida no sería arrebatada.

 Mientras pensaba, salió el arco iris

con sus más lindos colores.

Me acerqué a él y le pregunté: 

Tú sabes sí mi amado está bien? 

Si todo lo malo ya pasó? 

Pero él se negó a contestar. 

Tan solo me di cuenta

que los colores que traía, 

ya no brillaban como antes.

Y se fue sin decir nada. 

En eso apareció una golondrina. 

Yo sabía que ella lo sabía todo,

 por eso  le supliqué que me llevara

donde él estaba,  para estar a su lado

y supiera que yo estaba allí con él

en su lecho donde luchaba para quedarse.  

Pero ella fue muy egoísta conmigo

Y siguió su viaje, dejándome

con el dolor de no saber nada de él.

Llega la noche muy tranquila y serena.

A ella le pregunté casi llorando:  

Por favor di tú algo, pero tan solo la vi

ir muy lentamente y callada.

Llegó el día, yo estaba muy desilusionada

porque nadie me decía

que mi amado aún sufría.

En eso, siento que me dice el día

con su voz fuerte: 

Ya no preguntes más por él,

porque el viento se lo llevó volando al cielo, 

donde tú no puedes entrar todavía.

Alcé mis ojos al cielo,  que estaba tan azul y arrogante,

Y con mi desesperación  le grité: 

Cielo, tú no sabes como 

he suplicado por mi amor. 

Tú no sabes cuantos días anduve

sin saber nada de él. 

Tú no sabes que en mis noches lo abrazaba

con mis pensamientos  para que no se fuera, 

y tú me lo llevaste igual, 

como cuando a los árboles

fuertes los arrancan de raíz. 

El no tenía porqué partir todavía,

pues aún tenía mucho que hacer en la tierra.

Mientras le gritaba, 

sentía como el viento dejó de soplar.

Aparecieron estrellas  como si me

acompañaran en mi dolor. 

Y me vieron llorar con tanto sentimiento,

 porque sabían cuánto supliqué para saber de él.

Y tan sólo recibí esa terrible noticia,

que el cielo se lo había llevado.

 Dejándome en un terrible desconsuelo,

porque él se fue sin saber

de mis ruegos  y mis  suplicas.

Me quedé con su suave voz,

con la que un día me dijo …

te quiero, y con ese beso que aún lo tengo

en mis pensamientos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Arte Final

Betsy

 



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