Ana Diniz

(Periodista narra su participación en la Peregrinación
del primero de mayo que sale de la  Capilla de Nha
Chica)

"Junto a casi mil peregrinos, recorrí, a pie, los 33 kilómetros del Camino Santo de Nha Chica, una ruta religiosa que conecta São Lourenço Baependi, en el sur de Minas Nha Chica, como era conocida Francisca de Paula de Jesus, fue una simple mujer, hija de esclava que no sabía leer  ni escribir, pero que vivió como una verdadera santa, ayudando, orientando y extendiendo la mano a centenares de necesitados, afligidos y enfermos que a ella recurrían. Su proceso de beatificación está prácticamente concluido en el Vaticano.
La distancia me asustó un poco. Tenía dudas si lograría  hacer la caminata a pie, todo el trayecto. Pero parece que existe una conspiración en el aire, para que todo se de certero. Para que los peregrinos lleguen hasta el Santuario de Nha Chica, mismo con dolores en las piernas, calambres, presión alta, fatiga y ampollas en los pies. Hacía frío y aún era madrugada cuando llegué a la capilla de NhaChica, localizada en el barrio Nuestra Señora de Lourdes en São Lourenço, construida y decorada por el artista plástico Marco Aurélio Rodrigues Dias, carioca, pero  22 años viviendo en São Lourenço . "Prometí a la Nha Chica que si yo conseguía vivir sólo de mi arte, construiría una capilla en homenaje a  ella", confesó el artista que más se parece a un profeta bíblico con su larga túnica blanca. Su pintura es bastante religiosa, pero tiene un toque oriental.

La capilla es kisch, con esculturas y cuadros de la santa pintados por él, diseños en las paredes, en los techos y pedazos de azulejos formando vidrieras. "Quiso mostrar los lazos culturales y raciales de Nha Chica con el periodo histórico que comprende el ciclo de oro, el barroco minero y la *Inconfidencia". Su devoción a la santa es tanta, que es allá, en su capilla que comienza la caminata Y fue allá, a los pies de Nha Chica, que yo hice mi primer pedido: coraje y fuerza para caminar y llegar a su santuario en Baependi.


Fe y persistencia
 

El clima era de silencio, de oraciones. Los peregrinos tienen una complicidad mística en el mirar y una misma confesión: la devoción en Nha Chica , una unanimidad local. Las nubes en tonos de rosa y negro diseñaban el cielo, cuando inicié la caminata que corta la zona rural, invade pequeñas comunidades y haciendas, atraviesa montes y valles y sigue bordeando la línea desactivada del extinto tren que pasaba en Caxambu. El paisaje es exuberante, así como los diversos aromas que se van alternando: las flores, el pasto, la tierra, el pasto, la llovizna sobre el grano.
"Los primeros diez kilómetros son, para todos los peregrinos, una prueba de resistencia y persistencia. Algunas subidas largas, fatigosas y  pedruzcos
imponen un ritmo más lento, exigen un esfuerzo muscular intenso y generan un retorno intravenoso menor.
Resultado: la sensación de fatiga y dolor en las piernas es mayor", enseña el empresario y cardiólogo Sidney Cabizuca, que caminó a mi lado hasta Baependi, contando casos, relatando milagros e incentivándome.  Mi otro compañero, el escritor Luiz Giffoni, hacía el camino por la primera vez, pero el escenario ya era viejo conocido: él nació y vivió en Baependi. Cada kilómetro recorrido, la memoria traía recuerdos pueriles, alegres, perfumadas, risueñas y tristes. Es allá, en el pequeño cementerio que está enterrado su padre.
Hombres y mujeres. Solos o en grupos, a caballo, a pie o en bicicleta, van cruzando con nosotros. Algunos rezan silenciosamente el rosario. La fe está estampada en el semblante de aquellas personas que, por lo menos allí, son todas iguales. Se hermanan. Pobres y ricos caminan codo a codo .Pasan unos por los otros dando un "buen día" y haciendo
pequeños comentarios.


Emoción
 

 La primera parada, rápida, acontece en la iglesia de São José del Mato Dentro. Los peregrinos usan el lavadero, toman agua, miden la presión y prosiguen. No hay tiempo para sentar  ni descansar. Aún restan 23 kilómetros para llegar. La temperatura está a nuestro favor. Nubes dispersan el sol caliente. Durante todo el recorrido, tres ambulancias con paramédicos monitorizan la caminata.
Más o menos cada tres kilómetros, estudiantes de turismo de la Facultad Santa Marta, distribuyen agua mineral y hacen el conteo de los peregrinos. Otra multitud de jóvenes, estudiantes o habitantes, recogen en enormes sacos plásticos, los barrilitos de agua y la basura de algunos  imprudentes que  aún insisten en jugar por el camino.
Finalmente, alrededor de las 11 horas, después de cinco horas de caminata, entramos en la ciudad de Caxambu donde acontece la segunda parada, también rápida. Ya caminamos hasta ahora 24 kilómetros. El sol está  muy alto. Es un tramo donde muchas personas piensan en desistir. El desgaste físico es grande, pero en ese momento siento una disposición interior enorme. La reflexión
acontece, espontáneamente. Los pensamientos traen recuerdos, sueños deshechos, esperanzas.
De allí para adelante caminamos nueve kilómetros bajo un sol insoportable hasta que el camino de asfalto indica la llegada a Baependi. Los habitantes, solícitos y devotos, abren sus casas, y en los portales invitan los peregrinos para entrar, tomar un café, usar el baño. La emoción es grande. La ansiedad de llegar es mayor. Pero aún restan algunas subidas escarpadas y muchos, muchos escalones de una escalera que parece interminable.
Después de siete horas de caminata, yo entré en el Santuario de Nha Chica  y asistí junto a los peregrinos a la misa celebrada por el vicario de Baependi, padre Patricio de Souza .  Estaba exhausta, pero en paz. Nosotros, peregrinos,
intercambiábamos miradas de una complicidad mística. En nombre de la fe superamos el cansancio y nuestras limitaciones. Algunos agradecían las gracias alcanzadas. Otros pedían milagros. Yo, también emocionada, agradecí a Nha Chica por haber concluido el camino."

Ana Diniz

(Periódico de Brasil)

 

Inconfidencia: Movimiento politico brasileño que luchó contra la explotación de las riquezas minerales brasileñas realizadas por Portugal en el Brasil, cuya explotación de oro y piedras preciosas empobrecía a Brasil y enriquecía a Europa. Tenía como objetivo también la independencia de Brasil. Tiradentes fue el líder mayor de este movimiento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen

Marco Aurelio

 

 

Arte Final

Betsy